Feria de Arte

Corporate Paintings

7 febrero, 2019 — 10 febrero, 2019 en MATERIAL, Ciudad de México

Superficie capital

Jonathan Hernández

En 2018 ocurrieron varias cosas: Francia ganó el mundial de fútbol, la ultraderecha triunfó en las elecciones presidenciales en Brasil, en Centroamérica se desató una crisis migratoria sin precedentes que recrudeció la política antimigratoria estadounidense, Anthony Bourdain se quitó la vida, el Premio Nobel de Literatura se suspendió por escándalos sexuales y dio inicio el invento abreviado de la 4T[1] en México.

Un acontecimiento que pasó desapercibido y para muchos resultó irrelevante fue la llegada de Hideki Yukawa a vivir en la Ciudad de México siguiendo los pasos de On Kawara por esta metrópoli en los años 60’s.[2]

Hideki es un artista visual y humorista japónes que ha trabajado desde hace ya varios años en el anonimato, es miembro y fundador de la Secret Society & Co.

Al cambiar su lugar de residencia de L.A. a la CDMX, Yukawa decide también migrar su identidad incógnita hacia la luz pública para realizar un nuevo conjunto de obra que toma forma y sentido en la serie Corporate Paintings. En ella aborda las paradojas del mercado del arte y la expansión que ha vivido durante la última década en el cuál la globalización ha sido unos de los elementos más redituables. Según el Informe Art Market 2018[3], publicado por Art Basel y el banco suizo UBS, tan solo el año pasado se llevaron a cabo 260 ferias de arte alrededor del mundo, y el valor total de ventas anuales dentro del mercado del arte ascendió a $63.7 billones de dólares.

A partir de estos datos, Hideki Yukawa hace un inventario de arquetipos retomando la obra Colombia (1976) de Antonio Caro cómo una referencia esencial para detonar, a través de la imagen, una disección a las entrañas del negocio del arte, un ping-pong entre logos, categorías y valor mercantil. La postergada obra del suizo Nic Hess es igualmente una influencia directa para estas pinturas corporativas en el entramado de las bacanales de consumo de un presente sin futuro, el no lugar de nuestra existencia.

Las Corporate Paintings tienen el tino de la perspicacia y la seriedad que ha carcterizado a Hideki a lo largo del tiempo. En esta ocasión el cóctel de humor y formalismo lleva al límite de la superficie el juego de espejos y apariencias autosustentables del arte contémporaneo. Los secretos se develan porque son obvios, pero la superficie no es insignificante. Al contrario, aquí la superficie es el soporte y fundamento del artificio que implica la praxis del arte hoy. Simulación a la orden del día. La profundidad del vacío se descifra en la inmediatez comercial donde la sustancia juega su propio papel en los intereses determinados por el contexto; los materiales y formatos intervienen en correspondencia al status de importancia y valoración figurativa.

Las marcas se han convertido en el reino pletórico dentro de la economía mundial donde los objetos son los portadores de un renombre que los avala. Por sí solos no valen nada o casi nada, un logotipo es lo que les da vida y cotización en el mercado. En el paisaje actual del arte ocurre más o menos la misma ecuación: las galerías son las entidades que le dan identidad y valor a un artista y a su obra. Pero no todo el pastel se lo lleva esa misma cofradía, también hay artistas con disfraz de logotipo que administran su imaginación para generar una suerte de filiación sindical con efectos empresariales que aseguran, entre otras necedades, su lugar en la Historia. Nada nuevo bajo el sol, las relaciones de poder hacen o deshacen el mundo mientras el café se sigue descafienando con aroma y sabor.

Tal vez el arte vive bajo el dominio del mercado desde aquella declaración de Warhol donde equiparaba el arte como negocio y el negocio como arte. Casualmente, en la otra cara de la moneda está Marx: “Una mercancía no parece convertirse en dinero solamente porque todas las demás mercancías representan en ella sus valores, sino que, al revés, las otras mercancías parecen representar universalmente sus valores en esa mercancía porque ella es dinero… por consiguiente, el enigma del fetiche dinero no es más que el enigma del fetiche mercancía que se ha vuelto visible hasta el punto de cegar la vista.”[4]

[1] El actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, nombró su período de gobierno como la cuarta transformación de la vida pública del país, él mismo considera la Independencia de México (1810) la 1ª transformación; la Reforma (1858-1861) como la 2ª y la Revolución (1910) la 3ª transformación.

[2] https://local.mx/cultura/arte/on-kawara-y-la-ciudad-de-mexico/

[3] https://www.artbasel.com/amr2018

[4] Karl Marx, El fetichismo de la mercancia. Pepitas de calabaza ed. 2014